Que la mejor forma de atacar una idea es ridiculizarla lo sabe Jordi Évole desde hace mucho tiempo. Nuestro amigo y educador ciudadano por antonomasia protagonizó en su día un documental sobre los comercios chinos en España. Aquí podemos ver la primera parte de la grabación, que sirve de inspiración para nuestro artículo de hoy (las tres siguientes se encuentran en Youtube).
El vídeo empieza con unos cuantos disminuidos psíquicos profiriendo comentarios xenófobos y cargados de rencor contra los inmigrantes chinos (entre el 2:15 y el 4:50). Para los que no le conocéis, cuando no está atacando a determinados políticos, Jordi dedica su tiempo a una labor de denuncia social en una España oscurantista y llena de prejuicios. Para ello se sirve de intelectuales de la talla de Carlos Navarro "el Yoyas", quien, más adelante (parte 3/4), expone su visión crítica de la inmigración ("Los chinos son muy peligrosos: si les tocas los huevos, te hacen la de Pearl Harbour"-Yoyas dixit). Ante las ucrónicas filípicas* del ex concursante de Gran Hermano sobre el peligro oriental (valoración que luego extiende a los árabes), Jordi se desternilla de risa: "¡Venga ya, hombre! Ja ja ja". En el 8:45 de la tercera parte, el Follonero hace una apuesta con el Yoyas. Le venda los ojos y le da a probar unas "tapas españolas" y unas "tapas chinas", para comprobar si es capaz de distinguirlas. ¿Qué sucede? Lo que, no sabemos por qué, todos esperábamos: el apóstol del racismo se confunde en una ocasión, y queda en evidencia (según él, iba a acertarlas todas). La moraleja (a modo de mensaje subliminal, como le gustan las moralejas al Follonero) es que las tapas españolas y las chinas no difieren tanto, ya que su sabor es fácilmente confundible. Una vez más, Jordi nos ha dado una lección de tolerancia y ha conseguido que estemos un poco más ciudadanamente educados.
Cierto es que existen leyendas urbanas sobre los bazares y "todo a cien" chinos: suele decirse que no pagan impuestos durante los primeros dos, tres, cuatro, cinco o siete años (los años varían dependiendo de quién cuente la historia), y que luego traspasan el negocio a otro miembro de la familia para empezar de nuevo el cómputo. Es falso. España suscribió a principios de los noventa un convenio con la República Popular China, uno de los cientos de acuerdos internacionales para evitar la doble imposición. En ningún momento se dispensa un trato fiscal favorable a los chinos en nuestro país. La ley, en este sentido (en el plano formal), es igual para todos. Otra cosa es la realidad (el plano material, que Jordi nos muestra de soslayo). Y la realidad es que los chinos, al igual que la mayoría de los inmigrantes, son los principales evasores fiscales en España, sin que exista un control efectivo de sus actividades por parte de la Administración. Nos hacemos cargo de que está feo decirlo y que mucha gente encuentra justificación en la culpa histórica, la conquista de América, las guerras del Golfo, los viajes de Marco Polo y en que Bárcenas también lo hace, pero no por ello es menos verdad.
En primer lugar, casi todos estos comercios fingen ser "empresarios individuales" (cuando en la práctica es toda una familia la que se reparte los beneficios). Así tributan por IRPF, lo que les permite acogerse al régimen simplificado para el pago del IVA (art. 122 de la Ley del IVA: el régimen simplificado se aplica a personas físicas [...]). Mediante este sistema (pensado para empresarios y profesionales individuales como por ejemplo los taxistas), pagan una cuota fija, con independencia de los ingresos y gastos reales de su actividad. La cuota se establece en función de determinados parámetros o "módulos", como por ejemplo el número de metros cuadrados del local, la potencia contratada o el total de personas empleadas. Lo cual nos lleva a otro punto de interés: estos "empresarios individuales" rara vez tienen "empleados", a pesar de que la familia al completo trabaja en el local (en 2010, se estimaba que el 38% de los ciudadanos chinos en España se encontraba en situación irregular respecto de la Seguridad Social). No es raro, además, ver a niños despachando en las tiendas (en España la edad mínima para trabajar son los 16 años). Algunos ni siquiera se complican la vida: ni llevan contabilidad ni repercuten IVA. Véase la parte 2/4, minuto 8:30, cuando el señor de la furgoneta admite alegremente que acude al polígono de los chinos porque "ahí se compra sin impuestos".
En primer lugar, casi todos estos comercios fingen ser "empresarios individuales" (cuando en la práctica es toda una familia la que se reparte los beneficios). Así tributan por IRPF, lo que les permite acogerse al régimen simplificado para el pago del IVA (art. 122 de la Ley del IVA: el régimen simplificado se aplica a personas físicas [...]). Mediante este sistema (pensado para empresarios y profesionales individuales como por ejemplo los taxistas), pagan una cuota fija, con independencia de los ingresos y gastos reales de su actividad. La cuota se establece en función de determinados parámetros o "módulos", como por ejemplo el número de metros cuadrados del local, la potencia contratada o el total de personas empleadas. Lo cual nos lleva a otro punto de interés: estos "empresarios individuales" rara vez tienen "empleados", a pesar de que la familia al completo trabaja en el local (en 2010, se estimaba que el 38% de los ciudadanos chinos en España se encontraba en situación irregular respecto de la Seguridad Social). No es raro, además, ver a niños despachando en las tiendas (en España la edad mínima para trabajar son los 16 años). Algunos ni siquiera se complican la vida: ni llevan contabilidad ni repercuten IVA. Véase la parte 2/4, minuto 8:30, cuando el señor de la furgoneta admite alegremente que acude al polígono de los chinos porque "ahí se compra sin impuestos".
Otra práctica habitual consiste en no limitarse a vender los productos incluidos en su licencia de actividad: inicialmente comienzan con la obtención de la licencia administrativa correspondiente a un "todo a cien", pero progresivamente incluyen entre su catálogo alimentación, ropa, calzado..., sin cambiar su régimen de actividad comercial ni obtener nuevos permisos como por ejemplo el carné de manipulador de alimentos (Jordi podría echarles una mano con esto del carné de manipulador). Los comercios chinos incumplen sistemáticamente la normativa de consumo: el 63% carece de libro de reclamaciones, y la inmensa mayoría no expiden ticket ni documento equivalente acreditativo de las operaciones realizadas, obligación contenida en el art. 63 de la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios (necesaria para hacer efectivo el derecho de desistimiento del consumidor garantizado en el art. 68 y siguientes de la citada norma).
Después de ver el documental, hacemos un resumen de lo que se nos quiere transmitir: quienes critican la proliferación de comercios chinos son los mismos que critican a los inmigrantes en general; gente bastante ignorante que utiliza argumentos muy cómicos. La exitosa estrategia comercial de los chinos es fruto de una mentalidad que los comerciantes autóctonos deberían imitar si quieren competir en el futuro con sus rivales orientales ("es admirable..."). Puede que los productos chinos no sean de muy buena calidad, pero en el fondo no tanto, porque el Yoyas no sabe distinguir la sepia de los chinos de la de los españoles. Al inicio de la tercera parte, un gitano que también ha acudido al polígono a comprar sin IVA afirma: "son muy currantes, los españoles somos más vaguetes, la verdad es que sí. Ellos son unos empresarios que te cagas". Es curioso; Jordi suele mostrarse muy crítico con cosas que no le gustan como las reformas laborales, el abaratamiento del despido, los recortes de los derechos de los trabajadores...sin embargo, no parece que la colonización comercial china suponga una amenaza a sus ojos. No se ha parado a pensar que la única forma que tienen los pequeños y medianos comerciantes en España de competir con los chinos es imitarles, y que eso no nos gustaría a nadie. El representante de los empresarios chinos se lo dice bien claro: ellos no tienen sindicatos ("¿qué es sindicato?"), ni vacaciones, ni hacen una pausa para almorzar. ¿No sería más adecuado dedicar nuestros esfuerzos a asegurar que los chinos cumplen con sus obligaciones fiscales y de Seguridad Social y con la normativa de defensa del consumidor, frenando así su expansión?
En su programa, Jordi denuncia a menudo que los políticos y los ricos evaden impuestos. Sin duda algunos lo hacen, incluso puede que muchos. Pero no es menos cierto que la mayor parte del dinero que deja de ingresar en las arcas públicas proviene de la economía sumergida, a la que contribuyen este tipo de prácticas, que además destruyen el comercio de barrio tradicional. ¿Realmente "algunos políticos roban" es un argumento para que los presuntamente "más débiles" (las minorías-mayoría) dejen de cumplir la ley? Gracias a la labor social de Jordi, cada vez son más quienes así lo creen.
*La ucronía es un género literario (también llamada "novela histórica alternativa"), consistente en narrar una historia a partir de un punto del pasado en el que algún acontecimiento histórico sucedió de forma distinta a como ocurrió en realidad, como podría ser el ataque chino a Pearl Harbour del que habla el Yoyas. Las filípicas es como se conoce a la serie de discursos incendiarios (rayanos en lo obsesivo) que el orador griego Demóstenes pronunció en el s. IV a.C. contra el rey Filipo II, padre de Alejandro Magno. En ellos advertía del peligro que suponía la expansión macedonia. Cabe señalar que mucha gente le tomó a broma. Y también que los macedonios acabaron conquistando Grecia.
En su programa, Jordi denuncia a menudo que los políticos y los ricos evaden impuestos. Sin duda algunos lo hacen, incluso puede que muchos. Pero no es menos cierto que la mayor parte del dinero que deja de ingresar en las arcas públicas proviene de la economía sumergida, a la que contribuyen este tipo de prácticas, que además destruyen el comercio de barrio tradicional. ¿Realmente "algunos políticos roban" es un argumento para que los presuntamente "más débiles" (las minorías-mayoría) dejen de cumplir la ley? Gracias a la labor social de Jordi, cada vez son más quienes así lo creen.
*La ucronía es un género literario (también llamada "novela histórica alternativa"), consistente en narrar una historia a partir de un punto del pasado en el que algún acontecimiento histórico sucedió de forma distinta a como ocurrió en realidad, como podría ser el ataque chino a Pearl Harbour del que habla el Yoyas. Las filípicas es como se conoce a la serie de discursos incendiarios (rayanos en lo obsesivo) que el orador griego Demóstenes pronunció en el s. IV a.C. contra el rey Filipo II, padre de Alejandro Magno. En ellos advertía del peligro que suponía la expansión macedonia. Cabe señalar que mucha gente le tomó a broma. Y también que los macedonios acabaron conquistando Grecia.